martes, 20 de febrero de 2018

FABRICIO ROBLES:PRECOZ Y SIN ETIQUETAS


DÓNDE
FABRICIO ROBLES
(2018)
La imagen de la portada, con la pareja mayor, marcada por las arrugas de los recuerdos, haciendo turismo por una avenida en estación otoñal, calza a la perfección con las nostálgicas melodías que transitan a lo largo del disco, donde la palabra “quiero”, se enarbola como el estandarte de Robles, por intentar plasmar sus anhelos, deseos y afectos.
Dónde es el segundo disco del cantautor limeño, ahora radicado en Buenos Aires, quien estrenó hace tres años, con tan solo dieciséis años, su EP Videotapes, una atractiva producción de seis piezas, cuya instrumentación electroacústica expulsaba melancolía, de sonoridades eclécticas, que algunos se animaron a señalarla como “folk” o pop barroco.  Sin embargo, su propuesta en este álbum, se ha visto enriquecida con una mayor instrumentación, que incluye arreglos de cuerdas, vientos y percusión, además de músicos de otras latitudes (argentinos), dúo de voces y ensayos con diversos estilos musicales, logrando una fusión musical exquisita y sofisticada, esquiva a la etiqueta.
Esta nueva producción, fue precedida por el lanzamiento del bellísimo single “Balance” (2017), cuyas emotivas cuerdas acústicas de rasgos “folk”, son retocadas por instrumentación de vientos. Dándonos así algunas pistas del intento de Robles por ampliar sus horizontes sónicos.
Volviendo al registro, éste se inicia con las melancólicas guitarras de “Anteojos”, asomándose sobre su final jazzísticos saxofones y trompetas. Más melodías embargadas por la añoranza, reproducen las ensoñadoras cuerdas electroacústicas de “Mandarina”, así como la nostálgica “Ligero”.
“Miraflores”, es una de nuestras favoritas, por sus finas cuerdas, acompañadas por taciturnos pianos, recreando preciosas sonoridades, haciendo también su aparición violines y cellos, para embelesarnos aún más el alma y como para rematarnos el dueto de voces que emprende con una voz fémina, que volverá más adelante.  Otra joya del disco es “Vértigo”, con sus iniciales coqueteos con la bossa nova y sobre la mitad del tema irrumpiendo percusiones de rasgos afro, mientras que la atmósfera criolla persistirá con el cuasi vals “Casa”, haciendo dúo nuevamente, incorporándose set de cuerdas y un hipnótico solo de viento. Otra hermosa pieza del disco, con su peculiar final de marinera.
Fabricio en Arequipa. Facebook del artista
Por la senda de la fusión prosiguen la acústica, con algunos solos de piano, “Tiene”, de contagiosa intensidad y el landó de “San Miguel”, sorprendiéndonos sus arreglos de vientos. Cierra la ensoñadora “Vueltero”, con su etéreo canto a dúo y sus progresivos arpegios de cuerdas eléctricas. Impecable final para tan refinada obra.
Robles logra a temprana edad (a las justas llegará a los veinte años), un disco maduro, de melodías impecables y de una versatilidad sonora admirable, que resulta innecesaria clasificar, pues podemos afirmar que su música hace lo justo, agradar y elevar el alma.      



RETROSPECTIVA 



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