miércoles, 3 de mayo de 2017

NO MIGHTIER CREATURES-Reseña

NO MIGHTIER CREATURES
NO MIGHTIER CREATURES
(2017)
“I am Damo Suzuki” (vocalista de los empíricos Can) sentencia la presentación de Renato Gómez en su página de Facebook, manifestando (consciente o inconscientemente) de esta manera una declaratoria no solo de principios sonoros, sino de una vida emparentada con todo lo que signifique experimentación, como su paso por los psicodélicos Serpentina Satélite, su entrega por la poesía, su experiencia dirigiendo una editorial, su estadía por diversos lares, llevándolo hasta Barcelona, donde está radicado, y componer el material que da vida a su proyecto de rock crudo y minimalista de influencia “blues”, en su estado más primitivo y sin retoques, No Mightier Creatures.
Según Renato, «No Mightier Creatures surgió a partir de una investigación alrededor de nudos y rastros de desgaste urbano en ciudades de Europa. Las imágenes se convirtieron en síntomas de crisis económica, intervención política, precariedad y fronteras, iniciando nuevos modos de escritura y composición», ahí encontramos el porqué de una producción tan descarnada, áspera y directa.
Renato ya tenía trabajado varios demos cuando estuvo de paso por Lima, y aprovechó la ocasión para reclutar a sus ex compañeros de Serpentina Satélite, Dolmo (guitarra) y Félix Dextre (bajo), y al Cholo Visceral, Arturo Quispe (batería), para darle forma a los temas y terminar de producir su epónimo álbum debut.   
Desde el arranque las cuerdas “calatas” y repetitivas presentadas en “Yet We Divide”, se erige como el manifiesto de lo que será la obra, sonoridades sencillas pero contundentes que evocan paisajes western, situaciones turbias y enigmáticas, teniendo en la espinosa voz de Gómez, un corolario más de la ambientación siniestra que se intenta plasmar. Prosigue la corrosiva “Multiply”, luego los filosos punteos, así como las descargas bluseras y distorsiones de “Springfield” nos sacudirán del cuadro hipnótico producido por los anteriores temas, sin duda de lo mejor del disco.
Los compactos guitarrazos de “No Light”, conciben una maciza pieza, mientras que, en una onda más folk y etérea, se sitúa la lóbrega ensoñación de “Corporate Dream”. Caóticas guitarras y portentosos redobles se confabulan para recrear la atmosférica y agria “To Cross”, donde sus cuerdas en clave “noise” son expulsadas hacia la estratosfera, otro pico del álbum. Finalmente “Take It Easy”, refleja una sonoridad similar al tema inicial de la producción, a manera de “reprise”, pero menos ruidosa, más melódica y con diferente lírica, causándonos una sensación cíclica, de retorno al origen de nuestro desértico viaje sonoro.
Este trabajo de NMC presenta sonoridades pocas veces exploradas en nuestro medio, que resultan complejas y complicadas ponerle la etiqueta, solo podemos decir que es rock desde las entrañas, orgánico, de carne y huesos, para apreciarlo y disfrutarlo en su desnudez.     

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