viernes, 16 de enero de 2015

LOS 50 MEJORES DISCOS MUNDANOS DEL 2014- Episodio Final (10-1)

Por fin llegamos al final de nuestro atrasadísimo recuento anual internacional del 2014. Repasemos las posiciones anteriores para ver si te damos motivos para que te molestes por no encontrar tu disco predilecto, compararnos con Pitchfork, o sentir impotencia por los "fúnebres" discos que hemos seleccionados como nuestros favoritos.  
50. ADRIAN THAWS - TRICKY
49. PLAYLAND - JOHNNY MARR
48. I AM THE LAST OF THE ALL  THE FIELD THAT THE FELL (A CHANNEL) - CURRENT 93
47. THE HOLLOW ORGAN EP - HELM
46. SAY YES TO LOVE - PERFECT PUSY
45. HIGH HOPES - BRUCE SPRINGSTEEN
44. AFTER THE DISCO- BROKEN BELLS
43. SHELTER - ALCEST
42. LP 1 - FKA TWIGS
41. METEORITES - ECHO & THE BUNNYMEN
40. LA PETITE MORT - JAMES
39. WE DRINK TO FORGET THE COMING STORM - LEYLAND KIRBY
38. OUR LOVE - CARIBOU
37. SUZI EKTO- CALL SUPER
36. SEEDS - TV ON THE RADIO
35. GROUND OF BEING - ANNEA LOCKWOOD
34. NOBODY WANTS TO BE HERE & NOBODY WANTS TO LEAVE  - THE TWILIGHT SAD
33. ROMANTIC WORKS - KEATON HENSON
32. ATOMOS - A WINGED VICTORY FOR THE FULLEN  
31. THE HUM - HOOKWORMS
30. BLACK LIGHT SPIRAL- UNTOLD
29. EVERYDAY ROBOTS- DAMON ALBARN
28. EAGULLS - EAGULLS
27. ATLAS- REAL STATE
26. BURN YOUR FIRE FOR NO WITNESS - ANGEL OLSEN
25. SYRO- APHEX TWIN
24. INTERNATIONAL- LUST FOR YOUTH
23. SEA WHEN ABSENT - A SUNNY DAY IN GLASGOW
22. BROTHERS AND SISTERS OF THE ETERNAL SON - DAMIEN JURADO
21. TOO BRIGHT-PERFUME GENIUS 
20. BENJI - SUN KIL MOON
19. ENCYCLOPEDIA - THE DRUMS
18. YOU'RE DEAD- FLYING LOTUS
17. ST VICENT- ST VICENT
16. TOO TRUE - DUM DUM GIRLS
15. BOY- CARLA BOZULICH
14. ARE WE THERE - SHARON VAN ETTEN
13. ANGEL GUST: RED CLASSROOM - XIU-XIU
12. THE FUTURE'S VOID- EMA
11. WARPAINT-WARPAINT    
10
MOON
SNOWBIRD
Bella Union
http://open.spotify.com/album/1r3fbKQVt5WA199RCIPqc7
Establecido en Londres, Simon Raymonde (ex Cocteau Twins) adquiriría un piano pequeño (baby grand piano) en una subasta on-line y encontrando espacios dentro de su apretada agenda, lo tocaría a la luz de la luna, mientras que Stephanie Dosen en North Carolina (EEUU), recibiría por mail piezas cortas de piano, cada noche por 12 días de parte del músico. La cantante devolvería a cambio asombrosos registros vocales. Después de dos semanas, Snowbird tenía las bases de lo que sería su primer álbum.  
A pesar de la separación física de sus compositores al momento de su creación, Moon se caracteriza por su uniformidad e íntimo sonido. “I Heard The Owl Call My Name” posee una mágica combinación de voces y unos efectos ondulantes de guitarra de lo más envolventes. En la hermosísima balada “All Wishes Are Ghosts”, Simon Raymonde pone su rúbrica mostrándonos sus grandes dotes musicales que junto a la voz de Dosen golpean con fuerza al corazón. La pedal Steel, el piano y la etérea voz de Stephanie en “Charming Birds From Trees” nos llevan por parajes ensoñadores.  La suavidad acústica de las guitarras, percusión y piano más la dulce voz de Stephanie se convierten en una agradable caricia para nuestros oídos en “Where Foxes Hide”, en temas como “Amelia”, “Bears On My Trail” y “Porcelain” prosiguen el trato con cariño a nuestros sentidos. Susurrantes voces yuxtapuestas van en ascenso hasta ser irrumpidas por rasgueos de guitarra que nos trasladan a oníricos ambientes en la etérea “Come To The Woods”. “We Carry White Mice” se convierte casi en un canto a capella. Una trágica atmósfera para un triste canto en “In Lovely”. “Heart Of The Woods” la pieza que cierra el disco se sale un poco fuera del cuadro, por sus beat iniciales y programaciones, convirtiéndose en una buena introducción de lo que será el disco extra, Luna, que contiene los remixes hechos por RxGibbs de todos los temas de la obra, llevándonos por otras latitudes sonoras.
Moon logra transportarnos a lugares mágicos y misteriosos, en donde lo angelical se mezcla con lo fantasmagórico, cuyos once temas exhiben un atmosférico y gaseoso pop, lleno de música elegante, delicada y celestial. Hecho por alguien como Raymonde   que sabe cómo hacerlo.  
9
TOTAL STRIFE FOREVER
EAST INDIA YOUTH
Stolen Recordings
Cuando William Doyle exterminó Doyle & The Fourfathers también se alejó de las guitarras para refugiarse a un teclado portátil y ensayar durante horas nuevas sonoridades, presentándose bajo un renovado nombre, East India Youth y presentarnos el 2014 el mejor álbum debut que haya salido del Reino Unido. Desde la atrayente atmósfera de sonidos computarizados combinándose con un siniestro piano que desembocan en la hipnótica “Glitter Recession”, las atmósferas espaciales de  “Total Strife Forever I” , los golpes ondulantes pero sutiles de “Dripping Down”, los cíclicos beats de “Hiterland”, las pulsaciones y los teclados in crescendo de la emotiva “Heaven, How Long”, cuyo bailable final resulta fabuloso, la excepcional “Total Strife Forever II” que pareciera extraída de uno de los Ambient del gran Brian Eno, pasando por la experimental “Looking For Someone” que tras un canto a capella se van añadiendo diversos sonidos hasta volverse en una grandilocuente marcha de sintetizadores, hasta las piezas instrumentales del final que se inician con “Midnight Koto” dicen mucho del ímpetu explorador del inglés con los teclados.   
Total Strife Forever es un gran disco de versátil electrónica dejándonos sugestivos bosquejos de hacia dónde puede ir el futuro musical de Doyle, pero por ahora disfrutemos de su sugestiva electrónica donde confluyen lo espacial con lo íntimo. 
8
http://echospacedetroit.bandcamp.com/album/home
HOME
BROCK VAN WEY
Echospace
Qué hermoso disco, el que ha concebido el músico de origen norteamericano Brock Van Wey, una impresionante obra de arte. Casi tres horas de estética música atmosférica “empacada” en dos discos, cuyos bellos sonidos esculpidos en su mayoría con sintetizadores y teclados, que sirven de efectiva plataforma para que se deslicen hipnóticas voces angelicales, que por instantes se tornan fantasmales, que nos transportan hacia lugares de ensueño, como si el músico pusiera ante  nuestra presencia pacíficos paisajes naturales, propios de las montañas, lagunas, o desiertos inhóspitos, haciéndonos experimentar poderosas emociones recargándonos de energías positivas, logrando que este álbum dividido en dos actos en su conjunto se convierten en una especie de terapia purificadora. Indescriptible tanta belleza. 
7
AURORA
BEN FROST
Bedroom Community/Mute 
http://open.spotify.com/album/2hVGkLbETH03giJCwRfjaN
El australiano residente en Islandia, nos lleva a intensos climas de terrorismo sonoro en su compacto y durísimo Aurora, tomando como estandarte el ruidismo a través  de sonoridades industriales, góticas, darks, electroacústicas, ambient y electrónicas, creando piezas musicales macizas, con percusiones batallando una sobre la otra, sintetizadores saturados, frecuencias elevadas al tope, transmitiendo en su oyente sensaciones de angustia ante una inminente destrucción o de tensión y misterio frente a lo desconocido. El de situarnos frente a un ambiente de catástrofe natural o atmósferas temblorosas como en "Nolan", propias de los tantos parajes gélidos y volcánicos del país en el que ahora habita el músico.
Escuchar este disco a un volumen elevado se convierte en una toda aventura de peligrosas emociones, de deleite ante la expulsión sónica desatando toda su energía y furia logrando sacudir nuestros parlantes –imposible escucharlo con audífonos, a no ser que quieres destrozarte los tímpanos- de contemplación de la destrucción, y sobre esos parajes ruinosos, nos deja todavía más desconcertados con la épica pieza final, “A Single Point Of Blinding Light”, trayéndonos iluminación sobre los escombros. Escuchar este álbum resulta todo un disfrute de un “viaje” repleto de ambientes confusos e inquietantes-Destruir para construir.          
6
BÉCS
FENNESZ
Merge Records
http://open.spotify.com/album/3hBZUZN8mZ4n5mglPrVQkM
Hace 10 años quedé estupefacto con el maravilloso Venice, obra cumbre del músico austríaco Christian Fennesz, constituyéndose en todo un legado para la posteridad ambient y electrónica. Una década más tarde, este artista de vanguardia vuelve a destrozarme el cerebro con otro magnífico trabajo, del cual me enamoré a “primera vista” por lo que no podía dejar de escucharlo una y otra vez por dos noches seguidas. Estamos ante una nueva obra maestra en la carrera del vienés. Donde delicadas texturas de cuerdas y cristalinas sonoridades nos sumergen a las profundidades del mar en el tema inicial “Static Kings”, dejando un poco de lado la instrumentación abstracta de anteriores obras, para en cambio dejarnos escuchar con transparencia, guitarras, sintetizadores, bajo y percusiones. Pero esto será solo un espejismo pues la sórdida densidad de “The Liar”, que posee un sonido lacerante y áspero a los oídos, nos vuelve a hipnotizar por las sendas del tormento sonoro.  Notas distorsionadas de cuerdas en “Liminality” hacen que una tensa calma se apodere del ambiente, que irá despejándose conforme se van agregando sonoridades más densas de sintetizadores, guitarras sin filtro, ruidos y capas shoegazing, confluyendo todo en un sonido ruin y en 10 minutos para el delirio. La alucinante pieza ambient “Pallas Athene” se convierte en una especie de soundtrack de paisajes visto desde las alturas de una aeronave. Teclados distorsionados y una maraña de ruidos tormentosos sembrarán una atmósfera de singular dramatismo al abstracto tema. Continua la pieza que da título al álbum, “Bécs” cuyas notas y bajo acompañan al sonido deformado de un piano, y engorrosas capas de feedbacks y acoples, que van envolviéndonos hasta atraparnos y perdernos en su infinito loop que resulta irresistible. Otra joya del disco.
La abstracción acústica y digital se combina en “Sav” para entregarnos deliricos momentos de complejidad sonora. Esta verdadera obra de arte de experimentación sónica, llega a su final con las melancólicas cuerdas acústicas de “Paroles” por donde irán transitando paulatinamente ruidos y sutiles sintetizadores. Son siete canciones cuyas esplendorosas sonoridades nos arrebatan hacia ensoñadores ambientes, parajes oníricos perdidos en el bosque de nuestra memoria, gobernados por la nostalgia, la melancolía y el delirio. Una obra imprescindible en tu colección.  
5
MORNING PHASE
BECK
Virgin EMI
http://open.spotify.com/album/3BBFUxPg8KFmAv96SmY4ok
Como el mismo artista lo manifestó, este disco es una prolongación o “acompañante” de Sea Change, donde ensoñadoras capas de folk son decoradas por arreglos orquestales, que sirven como el fondo musical perfecto para sus taciturnas líricas, quizás influenciadas por su para forzada sufrida a raíz de una lesión en la espalda, tiempo que aprovechó para reflexionar sobre un mundo en decadencia,  y desarrollar sonidos  más introspectivos y sombríos.
Si bien se trata de un disco intimista, irradia una etérea luminosidad. Algunas canciones nos remiten a Nick Drake y a lo realizado por otros íconos de los 60s como The Beatles (en Abbey Road), Byrds o Simon & Garfunkel, presentando un sonido que ofrece una sensación de desamparo y soledad, merced a su intensidad acústica, a pesar de los arreglos orquestales –que si bien no acaparan la atención, sí incorporan elegantes fondos musicales-donde la voz de Beck, suena lejana y con eco, envuelta en melodías de añeja psicodelia. Morning Phase suena mágico, ensoñador, de serenidad inquietante, cada canción es una invitación a escuchar la siguiente, sobresaliendo “Morning” y “Wave”, cuya música se convierte en un perfecto soundtrack para apreciar los primeros rayos del sol cayendo sobre la naturaleza.
Morning Phase es un disco que de manera tranquila, plácida y pausada, asimila la adversidad para confiar en el futuro de un nuevo día, donde la melancolía luce relajada y resignada, cuya tristeza no deprime, y su belleza radica en su delicado equilibrio sonoro. 
4
SOUSED
SCOTT WALKER + SUN O )))
4 AD
http://open.spotify.com/album/35QvDKN3TUg5CbKeHKjKho
El anuncio del arribo de esta obra colaborativa entre el gran Scott Walker y la banda de drone doom de Seattle Sun O))) era prometedor, realmente todo un evento. ¿El resultado? Superior a lo esperado. Un impactante, arriesgado y claustrofóbico disco de principio a fin, cuyas densas, oscuras, y extrañas sonoridades, creadas por distorsionados acordes de guitarras, látigos, otros ruidos y golpes bizarros que transitan sin un patrón definido, acompañados por la operística y angustiosa voz del cantante nos envuelven a través de sus ambientes siniestros, tétricos y escalofriantes, algunos de ellos limitando con la locura.  
La disparatada pieza de rasgos operísticos “Brando”, los amenazadores y pesados ambientes  de “Herod2014”, la “masa” sonora de “Bull” golpeándonos con rudeza, sacudiéndonos los sentidos de un lado a otro, y la voz de Walker enloqueciéndonos, la atmósfera maníaca de “Fetish”, donde el desgarrador canto del artista acompañado de filosos teclados y unas lunáticas voces nos dejan desconcertados tras minutos de pausado misterio en la horripilante  “Lullaby”, capaz de causarnos sobresaltos, son muestras de las sensaciones amenazantes que se experimentan a lo largo de esta obra de terror, cual sentimiento de ser perseguidos por un ser maligno. Si bien el 2014 han salido otras obras de experimentación extrema, la reunión de estos dos “monstruos” no tiene comparación.     
3
LOST IN THE DREAM
THE WAR ON DRUGS
Secretly Canadian
http://open.spotify.com/album/14xxjLlbGy8ACm4MorBjD5
Se creía que la partida de Kurt Vile de la banda apenas lanzado su primer álbum, afectaría la producción de la misma, sin embargo no ha sido así, pues The War On Drugs nos entrega el mejor trabajo de su carrera. Un disco que desde el inicio con la prolongada “Under The Pressure” logra cautivarnos por su majestuoso y sofisticado power pop, a lo Simple Mind o la elegancia de los Prefab Sprout, tema directo a convertirse en uno de los mejores del 2014. Pero la propuesta sonora de los liderados por Adam Granduciel limita más entre la psicodelia y el folk. 
Lost In The Dreams es un álbum de música paisajista, con sonidos que se encargan de ir construyendo en nuestras mentes firmamentos, horizontes, caminos, como en la entusiasta “Red Eye”. Cada uno de sus diez temas, han sido labrados de manera magistral, sonando gloriosos, caracterizados por su genial fluidez a pesar de su extensión. Resalto nuevamente la capacidad de la banda en lograr exquisitas texturas sonoras que nos conduce por parajes surreales, esculpidos a base de densas guitarras, reverbs, sintetizadores iluminados y portensosas percusiones. En las que a pesar de tomar sonoridades propias de Bob Dylan, Tom Petty o Bruce Springsteen, los liderados por Granduciel las hacen sonar como nuevas, y ponerme a pensar en la bendita palabra “retrofuturo”. 
Estamos pues ante una obra que combina con perfección lo psicodélico con el folk y el pop sofisticado, que tienen en  “Eyes To Wind” o “Burning” un claro ejemplo de lo sentenciado, así como la experimentación instrumental de “Haunting Idle”, que logra conmovernos hasta las profundidades del alma. 
2
TO BE KIND
SWANS
Mute
http://open.spotify.com/user/eternalmaw/playlist/738mkz2mConcdO63gg81Op
El añejo músico norteamericano Michael Gira y compañía, han logrado superar con creces lo hecho en el grandioso The Seer (2012) -uno de los mejores discos de la presente década- pues estamos ante una obra apoteósica, qué sonidos para más apocalípticos, despiadados, tétricos, desalmados, violentos, malignos, grotescos y estrepitosos el que ha logrando reunir Swans para To Be Kind, sarcástico título para una colección de oscuros drones, espectrales atmósferas blues y folk,  voces orates (los dementes gritos en español de Gira “Sangre es vida/…Sangre es amor”), desquiciados ambientes mantras, metálicos sonidos (obra y gracia de Thor Harris) y otras perturbadoras sonoridades que escuchamos y ¿disfrutamos? a lo largo de los dos discos que conforman este extenso álbum. 
To Be Kind es todo un recorrido por los senderos de la demencia y la pesadilla infernal, asfixiante, apretándonos el pecho, sin escapatoria, pero paradójicamente del que no sentimos incomodidad. Swans ha concebido canciones monumentales marcadas por lo denso y lo psicodélico, además de sus sorprendentes golpes sonoros o cambios de ritmo que nos “sacan de lugar”, como en la prolongadísima “Bring The Sun/Toussain’t L Ouverture” (¡34 minutos increíbles!), los delirantes ensayos sonoros de los temas que componen el segundo disco son esplendidos, pero en suma las 10 piezas que forman parte de To Be Kind  son impecables, extraordinarias en el mejor sentido de la palabra, asimilan a la perfección la visión maquiavélica de su creador, demostrando que a diferencia de otros veteranos que se refugian en su glorioso pasado, Michael Gira vive del presente, en merito a su inacabable creatividad que por lo visto todavía está ávida de entregarnos más obras espectaculares y señalando al resto de "jovenzuelos" el camino a seguir en pos de la experimentación rockera, y ahora entregándonos  otro innovador álbum para la historia.   
1
JULY 
MARISSA NADLER
Sacred Bones/Bella Union
http://open.spotify.com/album/7aFA5IzGH0x3pdJ5SAedP7
Marissa Nadler reniega de la etiqueta “folk-etéreo” o “dream-folk” y hasta “fantasmagórica” con la que ha sido asociada su música, pero tras escuchar su bellísimo álbum July, resulta difícil encontrarle otra descripción al estilo musical desarrollado por la artista en su sexta larga duración, repleta de sonidos que recrean oníricos parajes. 
Pocas obras musicales como la realizada por Nadler pueden producir efectos tan poderosos en el ser humano.  Escuchar July se convierte en todo un acontecimiento, pues es para disfrutarlo en la soledad de nuestra habitación recostado sobre nuestra cama contemplando la nada, en donde su música logra “dibujarnos” escenas y paisajes embargados por la ternura,  la nostalgia, la tristeza, el romance, el fracaso y otros sentimiento similares por los que ha transitado nuestra existencia. En donde la voz y la música de Marissa Nadler resultan semejantes al consolador regazo una madre albergaba los lamentos, llantos y crujir de dientes esperanzados de sus hijos, en hallar solución a los problemas, pero que sin embargo solo ofrecen resignación.
Natural de Massachusetts pero ahora radicada en Boston, Marissa Rachael Nadler, el pasado 5 de abril cumplió sus 33 años y su actividad musical se remonta al 2000, teniendo cinco álbumes en su haber: Ballads of Living and Dying (2004), The Saga of Mayflower May (2005), Songs III: Bird On The Water (2007), Little Hells (2009) y Marissa Nadler (2011) lanzado bajo su propio sello discográfico. Además de un número considerable de EPs. Entre sus influencias destaca la obra del gran Edgar Allan Poe y la música de Leornard Cohen y Joni Mitchell. A pesar de su respetable producción su carrera ha sido caracterizada por el silencio comercial en contraste con el aplauso recibido por parte de la crítica especializada.
Hija de una pintura abstracta, Marissa compondría durante su adolescencia algunas piezas musicales, pero consideraría a la música como un hobby y siguiendo los pasos de su madre estudiaría pintura en la Rhode Island School of Design, obteniendo el grado de Bachiller en el 2003 y un Master’s degree al año siguiente. Es más tras la salida de su epónimo quinto álbum, Nadler había decidido dejar la música, vendiendo sus instrumentos y dedicándose a ser maestra en una escuela de pintura, pero la gente de Sacred Bones Records la convenció de seguir con la música. El bagaje cultural de Marissa Nadler ha jugado a su favor en July pues al escucharlo, uno siente que está frente una obra de arte, donde Nadler ha pintado un cuadro de nostálgicos paisajes. A Marissa parece no importarle mostrarnos su lado más frágil y vulnerable, extraída de las profundidades más turbias de su alma, retratándonos con sus letras escenas tan trágicas pero comunes de la vida como el desamor, la desolación, y una ciudad sumida en la rutina de sus habitantes, por la que atraviesa y canta con melancolía, desesperanza y algunas veces de manera fantasmagórica sus propios recuerdos, apoyados por sonoridades de añejo folk.
July transmite un sonido gris, rescatando la belleza que podemos encontrar en medio de las adversidades de la vida, esas que a veces las lágrimas nos impiden contemplar, y del verdadero amor, aquel que no es dominado por la fantasía sino que está dispuesto a aceptar la realidad y a tomar las cosas con resignación. Aunque parece contarnos parte de nuestra historia, Marissa ensaya una suerte de catarsis para liberarse de sus penas amorosas ocurridas un 4 de julio (“Firecrackers”), por ello el título del disco, grabado en Seattle y producido por Randall Dunn, reconocido por sus trabajos con bandas de doom y black metal, otorgándole ese ambiente sonoro grisáceo que predomina en la obra.   
Las delicadas y ensoñadoras cuerdas acústicas de “Drive” nos introducen a un mundo introspectivo, íntimo, que a la vez nos resulta familiar pues solo es conocido por nosotros, ambientado por nostálgicas melodías y voces espectrales que escarban en nuestros recuerdos más profundos, y donde la pedal steel guitar irrumpe para esparcir rasgos sombríos. Luego en “1923” sus oscuras cuerdas y sonidos crean una atmosfera vaporosa, que nos trae a la memoria la obra del gran Leonard Cohen. Un esplendido soundtrack para un largo viaje mirando por la ventana los paisajes de la carretera, extrañando y torturándonos con aquello que hemos dejado atrás. La hermosísima voz de Marissa se vuelve omnipresente en Firecrackers”, dejando relegada la instrumentación a un segundo plano, situándonos en medio del lamento en pleno sunset, otra vez añorando aquello que nunca volverá.  Mientras que en la tierna “We are Coming Back”, la cantautora halla solaz en su hogar de infancia. 
Los primeros acordes de las cuerdas acústicas, acompañandos por la voz de Marissa, van creando una imperceptible sensación ascendente tras la introducción del ensoñador sintetizador en la fantasmal “Dead City Emily”. Sigue “Was It A Dream” que se convierte quizás en el tema menos minimalista del álbum, dando paso a un mayor protagonismo instrumental. En “I’ve Got Your Name” la Nadler explora otras texturas sonoras alejadas de las ambientaciones grises, mostrando mayor cercanía con el R & B. La densa “Desire”, poco a poco nos va alojando en un imperceptible y glacial in crescendo de apacibles ambientes. En “Anyone Else” sus cíclicas cuerdas resultan hipnóticas y los coros de Nadler colindan con el más allá. Nuevamente el nailon y la madera crean taciturnos paisajes en “Holiday In”. Mientras que “Nothing In My Heart” nos causa esa horrible pero adictiva sensación de vacío que muchas veces hemos experimentado en el pecho. Con esto Marissa nos anuncia la triste despedida de este apesadumbrado álbum, con una desesperanzadora voz acompañada por un apenado piano. El adiós perfecto para este fantástico, bello y delicado disco, el último resplandor del atardecer, el colofón idóneo para lo que ha significado disfrutar de una travesía por nuestros recuerdos, de la que Marissa gracias a su hermosa voz y onírica música nos ha hecho volver a contemplar. Su portada refleja a la perfección el concepto del mismo. A pesar de lo oscuro del pasado y de lo que aún puede parecer el presente, existe un futuro radiante aunque este no sea por ahora tan claro para nosotros.   

REVISA LAS RESEÑAS ANTERIORES DE LOS 50 MEJORES DISCOS MUNDANOS

EPISODIO 1: 50-40

EPISODIO 2: 39-30

EPISODIO 3: 29-21

EPISODIO 4: 20-11




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